Después de una semana y media de castidad estricta, un joven gay estaba ansioso por liberar su deseo acumulado. Se provocó con su juguete favorito y luego se complació con una sesión de masturbación a pelo tan esperada, capturando cada momento en cámara.
Después de dos semanas agotadoras de estar encerrado, a un joven y ansioso twink finalmente se le permitió disfrutar de algún auto placer.La anticipación había estado matándolo, y ahora que había llegado el momento, estaba listo para compensar el tiempo perdido.Llevía dolorido, su cuerpo anhelaba el toque que había sido negado.Su dispositivo de castidad, un cruel recordatorio de su encierro, se dejó a un lado y era libre de explorar lo más profundo de su propio placer.Con una mano firme, comenzó a acariciar su miembro endurecido, enviando cada movimiento olas de éxtasis viajando a través de su cuerpo.Sus gemidos crecieron más, sus respiraciones se furiosas, a medida que se adentraba más profundamente en el mundo de sus propios deseos. Esta fue su primera vez yendo a pelo en quince días, y estaba decidido a hacerlo contar.La habitación resonaba con sus gritos de placer, una sinfonía de autocomplacencia que era imposible de ignorar.Su mano se movía más rápido, su cuerpo se tensaba con cada golpe, hasta llegar finalmente al pico de su deseo, su cuerpo convulsionaba en las arrugas del placer.
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